martes

CIRQUE DU SOLEIL
Más que maravillada he quedado, la sensación que me provoco la música es indescriptible. El espectáculo rebaso todas mis expectativas, al principio quedan en el medio del escenario, una niña, mamá y papá. La pequeña tratando de llamar la atención de ellos, pero pues ni en cuenta. Entra a escena un hombre sin cabeza, con una gabardina, sombrero y paraguas azul, dándole a la niña el sombrero para que comenzara a soñar, me recordó una pintura que no logro recordar quien es el autor. De repente comienzan a volar toda la escenografía, un estruendo resonó toda la carpa acompañado de la nota más alta que salía de la voz del soprano, apareció un tipo metido en una circulo de hierro, no se el nombre, pero es parecido a un hula hula en el que él controlaba el movimiento.

Seguido de un payaso muy payaso, ay me hizo reír a carcajada suelta, de repente me recordó a Chaplin en una de las imágenes más conocidas, caminando con su sombrero de bolita y dándole vueltas a su bastón. Después unas pequeñitas con malabares que dejaron perplejo a todo el que estaba, ah me recordaron a mi Carito, y mas presentaciones, hasta que aparece una chica colgada de una tela roja, ah me agrado en exceso la presentación, sobre todo porque de alguna manera con sus movimientos tan fuertes y desenfrenados lograba representar lo que hay en mi mente en estos momentos, de nuevo la música. Hasta me puse shinita!!!

Continuaba el espectáculo con más y más gimnasia, ballet, payasadas, voces, cantos, intermedio de 30 minutos, los cuales aproveche para ir por un café para mamá y tirar las charolas de los nachos que nos atascamos. De nuevo se cerraron los accesos a la carpa, saliendo a escena el mismo payaso, que volvió a sacarnos carcajadas a más no poder. De los costados del escenario aparecen los bailarines en una escena tipo “LOS MISERABLES” ah me agrado muchísimo. La sensación de ver el espectáculo me hizo caer en la cuenta el porque me gustaba toda esa onda del ballet, la música, que aun no logro reconocer el genero, los grandes espectáculos.

En algún momento vino a mi mente la alucinación de querer compartir ese espectáculo con alguien (uy uy uy uy uy), lo cual me desconcertó mucho pero que deje pasar para no enmarañarme con eso, y comencé a preguntarme si otro alguien disfrutaría ver el ballet, escuchar una opera o una de esas cosas. Además de recordar que la risa es la mejor medicina en los momentos malos, y que el trabajo de un payaso resulta ser el más difícil de interpretar, puesto que aunque se este mal hay que poner la mejor de las sonrisas y dar el mejor espectáculo. Aunque soy muy apegada a mi familia, esta ocasión me dio gusto ver que ellos disfrutaron y que pasamos un muy buen rato juntos, dejando por un instante los sinsabores de la cotidianidad. Por disposición no dejaban tomar fotografías, lastima…

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